Todo lo que pedimos estaba muy bueno, en particular las croquetas, exquisitas, súper cremosas por dentro. Lo pedimos por recomendación y desde luego mereció la pena. También pedimos los mejillones, buenísimos, el foie en escabeche, bastante bueno también y el pez mantequilla, lo más normal de todo, pero muy bueno también. De postre tomamos las trufas, quizá demasiado contundentes, con una para las dos hubiera estado bien. La carta no es muy extensa pero te dan ganas de probarlo todo. Se pueden pedir medias raciones y las croquetas, por ejemplo, por unidades.
El ambiente es bueno, es un sitio tranquilo. El servicio bien también.
Lo reservamos con El Tenedor con un descuento del 30 % para un sábado para cenar, así que nos salió fenomenal de precio, creo que fueron unos 30 € para dos, con dos copas de vino. Lo malo es que ahora mismo acabo de mirar y ya no aparece que se pueda reservar con El Tenedor.
En este caso no fui con los niños, quizá no sería el sitio más recomendable para ir con niños, por el tipo de comida, de platos originales.
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