Pedimos cosas curiosas como los padrón popper, que son pimientos de padrón rellenos de crema de mejillón. Otra cosa que estaba muy bien era un plato llamado un dos tres malasaña que consiste en unas patatas fritas (tipo gajo), con huevo y un crumble de torreznos (creo que era), venían las tres cosas por separado para ir mojando las patatas en el huevo y en el crumble. El postre fue lo que menos me gustó era una mouse de chocolate con bizcocho, eso sí, era un plato enorme lo que me sorprendió porque el resto de los platos eran raciones pequeñitas.
No había demasiada gente lo cual me extrañó para ser un viernes por la noche, porque está en una zona buena para salir por allí luego, la comida está muy buena y además no es caro.
Me parece un sitio muy recomendable.

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